Ruta de los oficios de Murieta

Estamos ante una de las primeras caleras de la zona que disponía de un horno industrial. Juan Esteban era el propietario de la misma y de ahí su nombre. La principal diferencia con el horno artesanal la encontramos en el combustible empleado. Mientras que en el artesanal se empleaba madera, en el industrial se utilizaba carbón mineral. Todo ello, para someter a la piedra caliza a temperaturas cercanas a los 1.000 ºC y obtener la cal viva.

El horno de esta calera tenía un diámetro de 1,10 metros y una profundidad de unos 5 metros. Se aprovechó para su ejecución el desnivel natural del terreno. El horno se encontraba dentro de una tejavana que protegía al conjunto de la calera de las inclemencias meteorológicas.

Según nos cuentan los últimos ascendentes directos de los trabajadores de esta calera, el proceso para obtener la cal viva duraba en torno a 5-6 horas. El material se vertía desde la parte superior del horno siguiendo un orden muy calculado. Primero, se vertía el carbón de origen mineral, en concreto 12 paladas y, a continuación, se vertían 12 cestas llenas de piedras calizas traídas anteriormente desde las canteras próximas y así, sucesivamente, se iban alternando las capas.

Una vez pasadas las 5-6 horas, de la parte inferior del horno se extraía la cal viva. Esto era imprescindible para seguir vertiendo material en el horno. Como podéis imaginar, en el proceso de llenado, pero especialmente en el de extracción, se generaba mucho polvo tanto de la piedra como del carbón. Si a esto le añadimos que el horno debía mantenerse encendido día y noche, el resultado era el de un trabajo muy duro en el que era necesario pasar las noches alimentando el horno y sacando el material, la cal viva.

En estas instalaciones existía un pequeño cuarto donde poder dormir los ratos en los cuales el proceso de cocción lo permitía. La cal viva obtenida se llevaba a un almacén contiguo para posteriormente repartirlo, con carros tirados por mulas, por las localidades de Murieta, Estella y otros pueblos del entorno.